Corría el año 1931 en España. La llegada de la república con la quema de iglesias y conventos, obligaron a las Carmelitas como a otras muchas religiosas, a abandonar sus queridos palomarcitos buscando refugio más seguro en medio de sus familias.
Difícil era ocultar la presencia de monjas en una casa particular. La noticia se convertía en amenaza.
La hermana María de Dios no estaría exenta de peligros, pensándose distintas formas de huir, intentó escapar junto a otras hermanas en la camioneta del lechero, pero alguien se percató del truco y se gritaba: “hoy reparte dos veces la leche”. Consiguió llegar a Madrid instalándose en casa de su hermana Candelas durante una breve estancia. Durante este corto tiempo gestionó su ingreso en un Carmelo en Francia (Nogent), demorándose la respuesta y teniendo que mediar su director espiritual, el Monseñor Tedeschini, solicita el ingreso en el Carmelo de Tre Madonne en Italia. Un 12 de julio llega a Roma, fijándose la entrada para el día 16 coincidiendo con la festividad de la Reina del Carmelo. Por su débil salud, María de Dios no llega a entrar en el convento.
Finalmente y con la ayuda providencial del jesuíta Padre Larrañaga, nuestra protagonista continúa su vida carmelita en al Carmelo de Nogent en París. Un 30 de marzo de 1932, a instancia de sus hermanas que la reclaman para su comunidad de origen, regresa María de Dios a la Sagrada Familia de Ogíjares, en Granada.
El 24 de septiembre de 1933, once años desde que ingresó en el noviciado de Loyola, realiza su Profesión en el Carmelo. Día de amor y de fusión íntima para el Corazón amoroso de Jesús y el de su pequeña víctima de amor.
Como buena carmelita, se comprenderá el filial cariño y amor que sientye por su querida Madre Teresa de Jesús; su alma se deshace en santa envidia hacia Ella, viendo el volcán de amor que en su pecho encerraba. Junto a sus hermanas, sentía gran admiración por su seráfico padre Juan de la Cruz.
“Ángel de paz, hermanita querida,
radiante estrella de suave resplandor,
tu clara luz ilumina mi vida
para seguir tu camino de amor…”.
Continuará…
