ALELUYA, ES EL CÁNTICO DEL CIELO
mansión de la alabanza y la alegría,
Aleluya, es el canto del convento,
Aleluya, el cantar del alma mía.
Aleluya, es el cántico amoroso
de quien sobre la tierra se ha elevado,
Aleluya, es el cántico gozoso,
de QUIEN murió y está RESUCITADO.
Aleluya, es el canto enamorado
de tu blanca paloma aquí en el suelo,
que ya desde la tierra ha comenzado
aquel cántico eterno de tu Cielo.
Aleluya, te canto en la alborada
contemplando el lucero de la aurora
y en tus dulces amores transportada
Aleluya repito cada hora.
Aleluya, te canto al mediodía
Sol divino del cielo de mi alma
y repito esa dulce melodía
en el silencio de la noche en calma.
Aleluya, te canto oh bien amado
desbordando de amor y gratitud
cuando a mi corazón has regalado
el tesoro divino de la cruz.
Aleluya, es mi canto en la bonanza
cuando en tus brazos duermo con ternura,
Aleluya es mi canto de alabanza
cuando un cáliz apuro de amargura.
Aleluya, te canto contemplando
en callado retiro y oración,
Aleluya es el canto que adorando
te elevo al admirarla creación.
Lo mismo en el recinto solitario,
que en mi celda tan blanca y tan callada,
lo mismo en el jardín que en el Sagrario,
Aleluya te canto enamorada.
Cuando escucho el murmullo de los vientos
y los trinos de un dulce ruiseñor,
uniendo su leguaje a mis acentos,
Aleluya te digo con amor.
He muerto a los placeres renunciando
he muerto y a mi misma me he inmolado
y a otra vida mejor resucitando
el Aleluya eterno he comenzado.
Con olvido de penas personales,
consagrando a mi Amado mi ternura
muy lejos de los goces terrenales,
Aleluya le canto con dulzura.
De mi Amado es mi vida y mis amores,
de mi Amado mi paz y mi alegría,
de mi Amado el perfume de mis flores,
quiero serle viviente melodía.
En el monte de amor son mis anhelos
con MARÍA mi MADRE INMACULADA,
vivir perdida en Ti que eres mi Cielo
Aleluya, aleluya, soy tu amada.
(M. María de Dios)