Cuando las personas piensan en religiosas o monjas nos perciben más angelicales que humanas, olvidándose a veces que somos mujeres también con errores.
Siendo nuestra Madre Fundadora joven, le preguntaron una vez: ¿Monja tú, con lo vanidosa, lo rebelde, lo mundana que eres?. Como si la vocación hubiera que encontrarse irremediablemente en un tipo de persona, en unos moldes fijos y no fuera posible que tal molde lo transformara la Gracia del Señor.
Estamos convencidas que ahí fuera, existen jóvenes indisciplinadas y presumidas con una gran inclinación a la Vida Consagrada, que se preguntarán si ellas siendo terrenales están llamadas a esta forma de vivir. ¡Te decimos sí!.
El primer sentimiento puede ser de sorpresa, y descubrirás lo que Dios quiere para ti, cuando confirmes cuál es la vocación en la que puedes ser feliz.
¿Pero por qué yo? La respuesta parece complicada pero en las manos de Dios es muy sencilla; su Amor Misericordioso. ¡Atrévete a rebelarte en favor del amor!