Comienza el mes de mayo, un mes dedicado a la Madre de Cristo; la Virgen. Tenemos por delante todo estos días para ofrecérselo de forma especial, en un mes donde todo comienza a estar florido, donde la brisa del aire está perfumada, donde todo parece más bonito. Ese reflejo de la belleza de la naturaleza nos habla de María, de su belleza y como no, de su virtud. Así también nosotros miramos a María, ¡Bella! ¡Su belleza transformará nuestro corazón!. Mayo es ese tiempo para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. Pero lo más importante; mayo es mirar a María como a una madre y contarle todo lo que nos pasa, es acudir a ella en todo momento, confiar y demostrarle cuanto la queremos.
Aprovecha estas semanas que tenemos por delante y reza en familia las oraciones especialmente dedicadas a Ella. Quien tiene a Jesús y María en el corazón difunde la alegría…¡Honremos a Dios a través de María!.