Nuestra querida Fundadora, Madre María de Dios, era una absoluta enamorada de la Virgen. El amor a María nuestra Madre celestial, ha sido siempre una constante en su vida, y así también lo expresaba, con estas reflexiones marianas que compartimos con todos vosotros en este mes de mayo dedicado a nuestra Madre del Cielo.
1) “¡El amor de la Virgen bendita! ¿Quién podría medir, comprender ese incendio?
Pensar cómo amaba a su Jesús es imposible expresarlo y sólo es posible en su intimidad barruntarlo un poco; y ella es por excelencia la Virgen Santísima…, pues si los santos que son como centellitas al lado de ese incendio, se abrasaban en ardores seráficos ¡cuál no serán las llamas que abrasan el Corazón Inmaculado de María!”.
Madre mía, que mi corazón pobrecito al calor del tuyo se vuelva volcán de amor, de amor verdadero, real, de inefable ternura, de ardor incontenible, fuerte., apasionado, crucificado.”
2) “¡Como MARÍA!. Humildes como Ella, como un reflejo suyo, y como Ella y a imitación suya almas de fe heroica.
Fe ciega en El; la fe, para ser fe es ciega.
¡Qué fe la de María! ¡Qué fe en las Escrituras! Cree aquellas profecías mesiánicas y desea ser la sierva de aquella Madre-Virgen que anuncian.
Fe en Dios, fe en su Poder, fe en su Amor.
“Bienaventurada Tú que creíste” le dice Santa Isabel.
Imitemos a María con fe ciega en el Amor y la Providencia Divina”.
3)“La humildad de la Virgen es un abismo profundo;
lancémonos a esas profundidades para aprender de Ella y… como María… ser humildes.
En el trato íntimo con nuestra Madre bendita nos adentraremos en su Corazón Purísimo… ¡qué humildad tan verdadera encontramos allí!… qué contrastes con los nuestros.
¡Qué lejos Ella de, sentimientos altivos, de resentimientos del amor propio!
¡Qué viva al amor divino y qué olvidada de sí!
Madre mía humildísima, haz mi corazón semejante al tuyo”.
4)“Metámonos en el Corazón de nuestra Madre para aprender a amar. Pidamos a nuestra querida Madrecita que nos enseñe esa ciencia única de la que San Agustín decía: “Ama y haz lo que quieras”.
María es nuestro Molde y es un molde de fuego: a su solo contacto de intimidad arderemos en el más puro amor”
Reina de Amor, ¡Madre del Amor Hermoso! ¿Quién jamás amó como María…?
“más que Tú, solo Dios, solo Dios…”