Fue una pregunta que me hicieron cierta vez, después de quejarme de algo. En el mundo actual, una de las grandes enfermedades sociales es el olvido por desuso. Me explico en un refrán «tanto tienes, tanto vales». Si resulta que eres importante para alguien, normalmente el trato es bueno, si no, la apatía puede ser la fatal protagonista. Por eso sabemos que en Jesús fuente de amor eterno, mucho de esos males actuales podrían y tienen remedio. Me dijeron: ¿Te dejas amar por Jesús?
«La contradicción que para muchos puede implicar el seguir al Salvador queda plasmada en las palabras duras de Jesús, cuantas veces buscamos a Dios pero no desde la primicia de su Ser amoroso, sino desde nuestra concepción personal de lo que Él es».
No siempre permitimos que el Señor invada todos los rincones de nuestras vidas. Este precioso pasaje del Nuevo Testamento, nos cuenta que Jesús, quiere arroparnos debajo de sus «alas», como la gallina a sus polluelos. ¿Pero cómo cuida una gallina a su prole?
«Éstos van a donde la mamá camina… los acurrucan y duermen debajo de sus alas. Por la noche cuidan que ningún agente externo los agreda o los mate.
La gallina y sus pollitos, caminan juntos, comen el alimento en su propio plato, rascan el suelo para encontrar lombrices, siempre en perfecta armonía… . En la noche, en el gallinero duermen juntos en la misma tabla, cada una con sus hijitos». José Alarcón
Jesús quiere además, no dejarnos solos ni un solo momento, es por eso que nuestra capacidad para sentirnos profunda, intensa e infinitamente amados, no depende de un Dios que se dió e inmoló por nosotros, sino de nuestra respuesta en libertad, de si queremos o no mirarle y dejarnos habitar por Él. Necesitamos dejarnos amar por Jesús, que Él cure nuestras iniquidades, dolencias, pecados… que el sane nuestro corazón, Él es quien nos alimenta con su Palabra y nos sostiene en el camino, con su Cuerpo y Sangre.
¿Te dejas amar por Jesús?