“Como un pastor vela por su rebaño […] así velaré yo por mis ovejas […] la oveja perdida, la buscaré”. (Ezequiel (34,12))
¿Quién más está dispuesto a ello? El Señor, que vela y nos busca a todos los hombres perdidos. ¿No es maravilloso saberse conocido por Jesús? ¡No somos anónimos para Él! ¡Nos conoce por nuestro nombre! Conoce nuestros pensamientos, los objetivos que nos hemos propuesto en la vida, nuestras debilidades, y siempre está a nuestro lado para sanarnos si es necesario.
“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”. (Evangelio de Juan)
¿¡Cómo no dar testimonio y compartir con todo ser humano, este inmenso amor!?
Es nuestra responsabilidad como bautizados, participar de la misión de “ser pastores”: con la familia, amigos, en la parroquia…
Absolutamente todos los hombres, estamos convocados a ser testigos y compartir con el mundo, la obra de Dios en nuestra vida.
Como dijo el Papa Francisco, “Todos estamos llamados a participar en la misión de Cristo de reunir a la humanidad dispersa y reconciliarla con Dios”.
“Sacerdotes, consagradas, consagrados y fieles laicos caminamos y trabajamos juntos para testimoniar que una gran familia unida en el amor no es una utopía, sino el propósito para el que Dios nos ha creado”.
¿Te preguntas de donde sacar el coraje necesario para salir de “nuestro nosotros”?
¿Quieres saber como reflejar el testimonio cristiano en el mundo?
La respuesta está en el encuentro con Jesús, en permanecer EN Jesús y nunca separarnos de Su amor.
Hoy, en esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, os pedimos orar intensamente por nuestros Sacerdotes, por más personas que digan sí a la llamada de Dios. roguemos a Dios por ellos.
Oh Jesús, Buen Pastor, acoge nuestra alabanza y nuestro humilde agradecimiento por todas las Vocaciones que mediante Tu Espíritu, regalas a Tu Iglesia.
Asiste a los Obispos, Presbíteros, Misioneros y a todas las personas consagradas; haz que den ejemplo de vida auténticamente Evangélica.
Da fortaleza y perseverancia en su propósito a aquellos que se preparan al Sagrado Ministerio y a la Vida consagrada.
Multiplica los evangelizadores para anunciar Tu Nombre a todas las gentes.
Protege a todos los jóvenes de nuestras familias y comunidades: concédeles prontitud y generosidad para seguirte.