Vivímos este periodo como un retiro espiritual, una auténtica y profunda conversión personal, un tiempo litúrgico en el que participamos todos los hermanos de la Iglesia Católica en la preparación para la Pascua, creando ocasiones reales para acercarnos aún más a los demás, ofrececiendo nuestro tiempo y amor. Días de intensa reflexión interior siendo compañeras del Señor durante su camino por el desierto. Permítete la oportunidad de buscar el silencio íntimo y dedíca esta Cuaresma a dialogar con Dios, entremos en nosotros mismos y mejoremos donde sea posible.