La formación inicial, es el tiempo que transcurre desde que entras en la Vida Religiosa hasta la profesión de votos solemnes, con los que se dice un sí definitivo al Señor al servicio de la Iglesia. Es un tiempo sin duda de crecimiento intelectual, pero sobre todo espiritual. Poco a poco, se aprende nuestro estilo de vida y qué implica ser Hija del Buen Pastor y de María Inmaculada. El carisma de nuestra fundadora debe irse imprimiendo en cada una hasta conseguir ese coro vivo de almas que canta ante el Tabernáculo día y noche.
Adentrándonos por el camino de las nadas hacia el TODO
FORMACIÓN INICIAL
Hijas del Buen Pastor y de María Inmaculada
Una
llamada
Testimonio vocacional - "Vale la pena seguir a Cristo, vale la pena darle todo, sin guardarte nada".
Un sendero que reemprendemos cada día
FORMACIÓN PERMANENTE
A la formación inicial le sucede la permanente, aquella que se lleva a cabo y se promueve desde la comunidad para estar al día en temas que competen a nuestra vocación o que nos actualizan sobre la realidad de la Iglesia. Para ser verdaderas hijas y sentir con la Iglesia, la Hija del Buen Pastor y de María Inmaculada vive pendiente de sus necesidades, de los campos de misión, la construye desde dentro con su oración alimentándose con la Palabra de Dios que es vida. Una religiosa nunca termina de crecer en Dios y esto es una estupenda noticia.